
8 de octubre, Día Internacional de la Dislexia
El 8 de octubre se celebra el Día Internacional de la Dislexia, uno de los trastornos del aprendizaje más comunes de origen neurobiológico y es hereditario, que afecta al 10% de la población mundial y hasta un 10% de los mexicanos, de acuerdo a datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La población mundial que padece dislexia equivale a aproximadamente 700 millones de individuos.
Mientras que en México se calcula que entre un 3% y 10% de la población sufre de algún grado de dislexia, lo que significa que alrededor de un millón de mexicanos tienen dificultades para aprender y dominar el lenguaje.
La dislexia es un trastorno del neurodesarrollo, es decir con la dislexia se nace, no se adquiere. Existe un cierto componente genético, pero no es determinante.
Esta condición afecta a diversas áreas de funcionamiento, como el desempeño lector y de escritura, situación que incide en el rendimiento académico de niñas, niños y adolescentes en edad escolar, así como el laboral en adultos.
El niño nace con esta condición neurológica que le dificulta la lectura y por tanto la escritura, no teniendo nada que ver la velocidad de adquisición del lenguaje ni si es zurdo o es diestro como piensan algunas personas.
El niño con dislexia comienza a hablar a las edades establecidas y su desarrollo es completamente normal, pero al llegar a la edad escolar es cuando realmente empiezan a aparecer los problemas a la hora que tiene que adquirir la lecto-escritura.
La dislexia tiene unas manifestaciones características y suele ser principalmente detectada por los maestros, que son los primeros que se dan cuenta de que algo está yendo mal con el niño a la hora de leer y escribir.
En el ámbito clínico los profesionales a los que acudir ante dudas para detectar una posible dislexia es el neuropsicólogo.
Para la dislexia no hay medicación, se trata con abordaje logopédico y psicológico. El tratamiento con el logopeda es fundamental, pero también requiere en muchas ocasiones apoyo por parte de un psicólogo, ya que un niño que tenga dislexia puede tener otros problemas asociados por el hecho de que puede ir muy retrasado en el colegio.
Ese retraso puede provocar en el niño problemas de autoestima, adaptación, retraso curricular, clases de apoyo dentro y fuera del colegio, afectando todo esto en el niño a nivel psicológico.
Las expectativas a largo plazo por lo general si la dislexia es tratada no significa un fracaso escolar, pero hay que ser realistas que se trata de un síndrome crónico. Toda la vida va a tener una especial dificultad, mayor o menor, en función de lo bien tratado que haya sido en la edad escolar.
A día de hoy si la dislexia se detecta a tiempo y se trata como es debido suele tener un pronóstico positivo.
