Economía circular y el diseño de sistemas donde el desperdicio no exista
El principio fundamental de la economía circular es mantener el valor de productos, materiales y recursos dentro de la economía durante el mayor tiempo posible, minimizando la generación de residuos, explicó Jessica Castañeda Castillo, Asesora Técnica del Centro de Innovación y Gestión Ambiental México A.C. (CIGAMX).
“Se ha encajonado a la economía circular en un manejo de residuos, eso es una trampa…se asume que el problema está en la última parte de la economía lineal, y que es una gestión de residuos, sin embargo, la economía circular no es una gestión de estos”, expuso Durante el Seminario Permanente para el Desarrollo Sustentable, organizado por el CIGAMX.
“No se trata de gestionar desechos, sino de diseñar sistemas donde el desperdicio simplemente no exista”, recalcó.
Desde la perspectiva de la experta, elementos vitales como el agua, la energía y los materiales deben gestionarse con responsabilidad y visión a largo plazo. Castañeda Castillo habló de un enfoque sistémico: entender cómo fluyen los recursos a través de la economía y cómo podemos maximizar su valor.
También destacó la importancia de conceptos como la simbiosis industrial -donde los residuos de una empresa se convierten en insumos para otra- y la economía funcional, que promueve el uso compartido de bienes en lugar de su posesión individual. Estos modelos, más que acumular, buscan cuidar, reparar y regenerar.
Para ello, se requieren marcos legales sólidos, si bien la Ley de Economía Circular y la Ley de Prevención y Gestión Integral de los Residuos son avances importantes, aún son insuficientes si no se alinean de manera integral las políticas públicas, subrayó.
Jessica Castañeda remarcó que la economía circular no debe entenderse solo como una oportunidad de negocio, sino como un modelo regenerativo que pone en el centro la sustentabilidad, la equidad y el bienestar colectivo.
La apuesta circular genera beneficios en múltiples dimensiones:
• Económicos: reducción de costos en materias primas, energía y abastecimiento; nuevos ingresos por venta de subproductos y reciclaje; diversificación de mercados.
• Ambientales: disminución del uso de materias primas vírgenes y energía no renovable; reducción de residuos y emisiones contaminantes; reincorporación de productos y materiales a la cadena productiva.
• Sociales: generación de empleos locales, fortalecimiento del tejido comunitario y desarrollo de capacidades técnicas y organizativas en las comunidades.