Micro generación de residuos peligrosos, un riesgo invisible en Baja California
La micro generación de residuos peligrosos en Baja California es un problema silencioso que amenaza la salud y el medio ambiente, advirtió José Carmelo Zavala Álvarez, director del Centro de Innovación y Gestión Ambiental México A.C. (CIGAMX).
La generación de residuos peligrosos es un fenómeno presente en todas las ciudades, pero existe una fracción casi invisible para las autoridades y la sociedad: la micro generación de residuos peligrosos en zonas urbanas.
“En Baja California, donde la densidad urbana y las actividades comerciales han ido en aumento, este problema representa un serio riesgo para la salud pública y el medio ambiente”, agregó, al tiempo que urgió una mayor educación y coordinación gubernamental sobre el tema.
Aunque la gestión de residuos peligrosos es competencia del gobierno federal, la colaboración con los gobiernos estatales y municipales es indispensable para atender un fenómeno que se extiende de manera dispersa por toda la mancha urbana. Se trata de pequeñas cantidades de desechos generadas por negocios como refaccionarias, talleres mecánicos, gasolineras, farmacias, estéticas, talleres de pintura y carrocería, entre otros giros, cuya regulación, inspección y vigilancia difícilmente se cumple, dijo.
“Hay un segmento de micro generación como en otros tipos de residuos, pero hoy hablamos de los residuos peligrosos, micro generación que está más allá de la regulación, más allá de la ley, más allá de la inspección y vigilancia. Se necesita educación, cultura ambiental, concientización”, enfatizó Zavala Álvarez.
El experto en temas ambientales consideró que, a diferencia de la industria, que suele estar concentrada en parques industriales y sujeta a estrictas normas ambientales, estos pequeños generadores están distribuidos en la trama urbana, muchas veces mezclando sus desechos con residuos sólidos urbanos o de manejo especial, lo que dificulta su control y multiplica el impacto ambiental.
El experto consideró que las acciones de inspección y vigilancia de las autoridades competentes apenas atienden el 20% del problema, lo que implica que la población enfrenta un 80% de impacto ambiental provocado por la micro generación de residuos peligrosos.
El riesgo de la micro generación de residuos peligrosos no radica en su volumen individual, sino en su acumulación y dispersión.
“Los aceites usados de vehículos y también el de cocina dañan mucho las tuberías de drenaje y las plantas de tratamiento de aguas residuales. Además, los vapores de talleres de carrocería y pintura afectan directamente la salud de los vecinos, causando dolores de cabeza e irritación ocular”, explicó.

Etiquetar negocios responsables con el ambiente
“El impacto en la salud depende del tipo de residuo y del tiempo de exposición, generando afecciones neurológicas, respiratorias y dérmicas. El mercurio, por ejemplo, afecta al sistema nervioso, mientras que el plomo incide en la salud reproductiva y el desarrollo de los niños”, agregó.
Para abordar esta problemática, la educación y la concientización ambiental son herramientas fundamentales. Zavala propuso la implementación de programas voluntarios, como distintivos ambientales y etiquetados verdes, que reconozcan las buenas prácticas de manejo de residuos peligrosos en los pequeños comercios y talleres.
“Ahí tenemos que entrar con programas voluntarios, distintivos ambientales, de etiquetado verde, de educación y cultura ambiental y con concientización, porque nos impacta a todos”, sostuvo.
En regiones fronterizas como Baja California, el problema se agrava por la transferencia transfronteriza de residuos peligrosos, lo que añade una dimensión internacional al reto. México y Estados Unidos comparten la responsabilidad de atender esta situación con políticas y acciones conjuntas.
