Retroceso, información desfasada y errónea en monitoreo de calidad del aire en BC

Retroceso, información desfasada y errónea en monitoreo de calidad del aire en BC

Por Isabel Mercado

La calidad del aire en Baja California carece de una medición puntual estratégica, ya que no se miden zonas críticas de contaminación ni tampoco se analiza el contenido del material particulado que contamina y deriva en alertas ambientales, señaló Alberto Mexía Sánchez, director de Respira.

Para colmo, en verano la plataforma de monitoreo de la calidad del aire comunica con dos horas de retraso la información, situación que solo se corrige en invierno, con el cambio de horario, indicó.

Por si fuera poco, las autoridades de Medio Ambiente y Salud no asumen su responsabilidad de alertar de manera oportuna y con datos reales y usan “discursos triunfalistas”, que ocultan la realidad.

Tal es el caso de Mónica Vega, titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable de Baja California, quien el miércoles celebró que el semáforo de la calidad del aire estaba en verde “cuando todos los días de diciembre se ha tenido mala calidad del aire”, corrigió Mexía Sánchez

Lo anterior lo expuso el representante de Respira, organización de protección ambiental, en la sesión de la Comisión de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable del Congreso de Baja California, a la que no asistieron cinco de sus integrantes ni Mónica Vega.

De la Comisión asistió Juan Diego Echeverría (PAN) y Jorge Ramos (Partido Verde), mientras que las diputadas Daylin García (Movimiento Ciudadano), Teresita del Niño Jesús Ruiz (PES) y las morenistas Norma Angélica Peñaloza, Evelyn Sánchez y Michelle Alejandra Tejeda, no se hicieron presentes.

“Si negamos la realidad, nunca vamos a lograr resultados reales. La realidad es que, al día de hoy, en Mexicali el único cambio es la estación (de monitoreo) del Tecnológico”, advirtió.

Por el contrario, recordó que antes las estaciones del estado alimentaban una plataforma internacional, pero a partir de la administración encabezada por Marina del Pilar Avila Olmeda, se perdió esa conexión.

“Cuando ustedes entraron duramos de seis meses a un año sin datos, porque argumentaban que la administración anterior (de Jaime Bonilla), se había llevado servidor. Por fin este año se logró que tuvieran plataforma, pero hemos dado pasos hacia atrás”, declaró.

Irresponsable manejo de alertas en calidad del aire

“Hay que hablar con la verdad, los datos no nos permiten mentir”, expresó Alberto Méxica Sánchez, director de Respira, al lamentar que se las autoridades de Salud y Medio Ambiente hayan permitido el desarrollo de la edición 58 del Maratón Baja California en Mexicali, en medio de una contingencia por mala calidad del aire.

El evento deportivo se efectuó a partir de las 7:00 de la mañana mañana del domingo 8 de diciembre, pese a que, desde las 9:00 de la noche del sábado 7 de diciembre empezaron a subir las concentraciones de contaminación.

Fue hasta 12 horas después, a las 9:00 de la mañana del domingo, cuando la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable, a cargo de Mónica Vega, emitió alerta morada al activarse la contingencia fase I por extremadamente mala calidad del aire por contaminación atmosférica en Mexicali.

Adrián Medina Amarillas, secretario de Salud en el estado, tampoco actuó al respecto, y declaró el miércoles 11 de diciembre que no había considerado un problema de salud el desarrollo del maratón, porque no había grupos sensibles, además de que los participantes eran deportistas.

Alberto Mexía le aclaró al funcionario que 33 corredores eran mayores de 60 años y dentro de ese grupo sensible había dos de 72 años.

Entre corredores y observadores asistieron alrededor de mil personas, entre niños, mujeres embarazadas y adultos mayores. También mencionó que una corredora de alto rendimiento, proveniente de Guanajuato, llegó vomitando a la meta.

“No minimicemos la situación”, demandó, al observar que, si el gobierno no quiso suspender el evento, cuando menos debió emitir de manera oportuna la alerta por mala calidad del aire y en el maratón debió informar los niveles de contaminación y los riesgos asociados, para que cada persona pudiera tomar la decisión de continuar o no con la carrera.

El fundador de Respira, también hizo hincapié en la necesidad que tiene Tijuana de contar con un sistema de monitoreo más estratégico, particularmente en la zona Este y sur, para una medición más puntual.

Precisó que esta ciudad solo cuenta con dos estaciones de medición, cuando debería tener entre cuatro y seis como mínimo, “para que le informen a la comunidad y a los ciudadanos de Tijuana la realidad y, de preferencia, en tiempo real”, concluyó

Mala calidad del aire es solo la punta del iceberg

Para Myriam Serra Castellanos, presidenta de la Fundación Hélice, la mala calidad del aire es solo la punta del iceberg del nivel de contaminación ambiental que enfrentan los municipios de Baja California,

Uno de los principales retos es remover los centros de transferencia, pero para ello se requiere de estudios técnicos pertinentes, por lo que propuso realizar una mesa técnica, para darle seguimiento e instalar una comisión dedicada a su desarrollo.

Subrayó que los rellenos sanitarios se encuentran rebasados, además de que su operación incumple con Normas Ambientales como la NOM083 y 05, toda vez que no se tiene un plan de manejo para los contaminantes que emiten, como el metano y dióxido de carbono.

Expuso que Baja California es el tercer estado a nivel nacional que aprobó la Ley de Economía Circular, la cual se encuentra atorada en el área jurídica.

Además, consideró necesario perfeccionar esa ley y reglamentos en materia de protección al ambiente como el del Ayuntamiento de Mexicali para poder cambiar de una economía lineal a una circular.

“Se hacen acciones de economía circular, pero no se tienen trazables, no se están midiendo cuál es el beneficio ambiental”, declaró.

Por último, subrayó la necesidad de incluir a la industria y población en general, para frenar el mal manejo de los desechos, de lo contrario continuarán quemados, mal administrados y en cuerpos de agua, con el impacto que eso genera a la salud.