Greenpeace toma un buque cisterna durante fase final de Tratado de Plásticos
Por Ojo Clínico News
Corea del Sur. Activistas de Greenpeace Internacional abordaron un buque cisterna previsto para cargar químicos plásticos tóxicos del complejo Hanwha TotalEnergies de Corea del Sur, mientras las negociaciones del Tratado Global de Plásticos, que se desarrolla en ese país, entran en una fase crítica.
La medida fue para urgir a los gobiernos a resistir la interferencia en las negociaciones de la industria de combustibles fósiles y petroquímica, y para que se avoquen a entregar un tratado que reduzca firmemente la producción de plástico, cuya tendencia actual se encamina a triplicarse en 2050.
Los activistas de distintas partes del mundo, incluyendo México, Alemania y el Reino Unido, protegidos con equipo de seguridad, salieron del Rainbow Warrior, buque insignia de Greenpeace, a bordo de botes inflables rígidos, y abordaron el buque cisterna Buena Alba.
El Buena Alba, de 96 metros de largo, está programado para cargar propileno hecho de combustibles fósiles, un ingrediente clave en la producción de plástico.

La acción sigue la publicación del nuevo análisis del Centro de Derecho Ambiental Internacional (CIEL) que revela que más de 220 cabilderos de la industria petroquímica están atendiendo a las negociaciones finales del Tratado Global de Plásticos en Busan, Corea del Sur, el número más alto hasta la fecha.
“Estamos tomando acción directa hoy – deteniendo este cargamento plástico- para urgir a los líderes mundiales escuchar las voces de millones de personas alrededor del mundo, junto con científicos y negocios quienes están demandando que recorten la producción de plástico y detengan la contaminación plástica”, dijo Alex Wilson, voluntaria del equipo de escalada de Greenpeace Reino Unido.
“Mientras protestamos aquí, cabilderos de la industria petroquímica están en plena acción en Busan. Están usando su poder, dinero y acceso para intentar asegurar que el Tratado falle en lograr su propósito – cerrar el grifo a la producción plástica,” continuaron.
La cuestión de si el Tratado recorta la producción plástica se ha convertido en uno de los puntos más polémicos de las negociaciones.

El crecimiento de esta industria consumirá al menos entre 21 y 31% del presupuesto de carbono remanente para limitar el calentamiento global a 1.5 °C (5). Greenpeace estima que para mantenerse dentro del presupuesto de carbono se requieren recortes de al menos el 75% en la producción de plástico para 2040.
En la reunión en Busan, el jueves una nueva propuesta interregional para un objetivo de reducción en la producción global de plásticos ganó apoyo de 100 países.
Ornela Garelli, campañista de Océanos Sin Plásticos en Greenpeace México, comentó que, ante el fuerte cabildeo de la industria petroquímica y de los combustibles fósiles, es necesario que los líderes mundiales escuchen las alertas de la sociedad civil.
“Sin una meta global que reduzca la producción de plásticos no lograremos poner fin de raíz a la contaminación plástica y las personas seguirán sufriendo las consecuencias de esta crisis ambiental. Por ello, hacemos un llamado a la delegación mexicana en Busán a mantener la ambición, a mantener la reducción de la producción como una prioridad para que el Tratado pueda ser realmente efectivo”.
Mikyoung Kim, Gerente de Proyecto de la oficina de Greenpeace Seúl, dijo, “Corea del Sur es el productor más grande de desechos plásticos en la OCDE, y el cuarto país de mayor producción mundial de la industria petroquímica.
Se espera que las negociaciones del Tratado Global de Plásticos concluyan el 1 de diciembre.
