México actualiza metas climáticas
En un hecho sin precedentes para la política climática nacional, y dentro de la actual Cumbre del Clima (COP30) que inició su segunda semana en la ciudad amazónica de Belém, Brasil, el gobierno de México presentó la Actualización de la Contribución Determinada a nivel Nacional 3.0 (NDC 3.0), desde la que se enmarca el factor del desplazamiento climático como un eje central en la atención al cambio climático.
El documento muestra mayor ambición en torno al planteamiento de contar con vías sectoriales más claras para atender los daños causados por el cambio climático, así como mayor coherencia en relación a los mecanismos de financiamiento, vitales para asegurar una transición energética justa, la construcción de infraestructura resiliente, entre otras medidas, tomando en cuenta la participación inclusiva y equitativa de todos los sectores, en especial de los más afectados por la crisis climática como lo son las mujeres, infancias, comunidades indígenas y afromexicanas.
En una muestra de liderazgo global, México exhibió su Tercera NDC, en la que destaca el componente de Movilidad Humana, desde donde se inserta el desplazamiento climático, contenido en un nuevo componente de pérdidas y daños como eje prioritario D. A continuación, se mencionan las líneas de acción encaminadas para atenderlo de forma efectiva:
D1: integración de escenarios y consideraciones sobre los impactos del cambio climático en el Modelo Humanista de Movilidad Humana de México, fortaleciendo las capacidades de todas las autoridades competentes para prevenir y atender nuevos flujos y dinámicas migratorias relacionados con eventos climáticos extremos y fenómenos de evolución lenta.
D2: desarrollo de un programa nacional de reubicación planificada para comunidades y asentamientos humanos en zonas de alto riesgo, con atención diferenciada a poblaciones prioritarias y garantizando el pleno ejercicio de los derechos humanos en la planeación de la relocalización, la implementación de medidas y el seguimiento post-relocalización.
D3: reconocimiento y atención a las poblaciones atrapadas en zonas de riesgo y desarrollo de programas para la movilidad asistida.
D4: mejor comprensión de la relación entre los impactos del cambio climático y la movilidad humana a través de sistemas de registro y análisis de datos que informen la toma de decisiones.
D5: establecimiento de mecanismos de cooperación nacional y transfronteriza en materia de movilidad humana por cambio climático, con el objetivo de gestionar de forma conjunta y humanitaria los flujos migratorios vinculados a los impactos del cambio climático. A este respecto, Pablo Ramírez, Campañista de Clima y Energía de Greenpeace México, señaló: “Con la actualización de la NDC 3.0, el desplazamiento climático queda como una de las prioridades que el gobierno de México tiene que atender. Esto significa que el Estado mexicano tiene que diseñar políticas públicas, destinar presupuesto y encaminar acciones que prevengan y atiendan el desplazamiento climático. Este hecho sin duda es un gran logro de las comunidades, teniendo a El Bosque como punta de lanza, pero hoy más que nunca necesitamos de su voluntad política para que esos compromisos hechos en la nueva NDC se traduzcan en acciones, y que la política nacional de desplazamiento climático sea una realidad.”
En septiembre pasado, la comunidad de El Bosque, en Tabasco, presentó la primera propuesta de política pública sobre el tema del desplazamiento climático; documento creado por comunidades afectadas por fenómenos meteorológicos extremos, la cual menciona la necesidad de crear marcos jurídicos y políticos que atiendan realmente el problema.
Esta situación abre una enorme oportunidad para que la propuesta de política pública sea tomada en cuenta por el gobierno, ya que es la primera política para atender el desplazamiento climático en el mundo creada a partir de los casos y experiencias de las comunidades que han sido desplazadas.
Algo que también se resalta es la propuesta de la creación de un programa nacional de reubicación que permita generar información, mecanismos de política pública de atención, financiamiento y tratamiento especial a comunidades en situación de inmovilidad forzosa, el cual deberá incluir elementos que fueron rescatados por las comunidades desplazadas.
El desplazamiento climático no solo se aborda dentro del componente de Pérdidas y Daños sino también lo hace en el de Adaptación. Particularmente, se advierte la necesidad de contar con un enfoque preventivo basado en la actualización de los Atlas nacionales y estatales de vulnerabilidad climática, mejora en los sistemas de alertas tempranas y la adecuación de la comunicación de las mismas de forma oportuna para las personas en riesgo.

Economía circular, agricultura y bosques
Por otro lado, y como parte del componente de Mitigación, el escenario no resulta tan alentador, pues se incluyen estrategias de fomento industrial, las cuales consideran la construcción de doce Polos del Bienestar en nueve sectores estratégicos y cien nuevos parques industriales, incorporando los parques de economía circular e impulsa la publicación de la Ley General de Economía Circular. Asimismo, se busca desarrollar un diagnóstico para la identificación de sitios prioritarios para la construcción de plantas de termovalorización Esta propuesta representa una falsa solución, pues prioriza el reciclaje y la valorización energética por encima de la reducción y prevención en la generación de residuos y promueve la incineración como una medida para su gestión, lo que genera grandes impactos no solo ambientales sino también en la salud humana.
“Greenpeace, junto con organizaciones aliadas, hemos expresado nuestro rechazo al parque de economía circular, pues responde principalmente a la demanda industrial y al manejo de residuos, y no a la restauración de las cuencas ni de los territorios históricamente sacrificados. De igual forma, hemos criticado el proceso de elaboración de la Ley General de Economía Circular, ya que no ha sido debidamente socializado y ha sido discutido mayoritariamente con el sector industrial”, indicó Viridiana Lázaro, Campañista de Greenpeace México.
Se trata de una estrategia que beneficia a las grandes corporaciones y prioriza la termovalorización, mientras coloca la carga de la contaminación en comunidades, gobiernos locales y en la salud de la población y el ambiente. Contrario a lo que sucede con el componente de Adaptación, en esta propuesta se carece de mecanismos enfocados en la participación ciudadana, los cuales ameritan ser implementados, de modo que este tipo de iniciativas puedan ser debidamente analizadas por la ciudadanía, e incluso, construidas por ella.
En temas de deforestación, el proyecto “Sembrando Vida” se incorpora en el punto 7.4 de mitigación por su componente forestal orientado al establecimiento y consolidación de nuevos sumideros de carbono. Sin embargo, las acciones que contempla no son suficientes para considerarlo un instrumento sólido en la creación de estos sumideros y, además, su implementación ha sido objeto de numerosas críticas.
Por otro lado, se considera implementar ordenamientos territoriales que orienten el uso sostenible del suelo y reduzcan la presión de actividades económicas intensivas sobre los ecosistemas forestales, considerando una planeación participativa e incluyente. Sin embargo, habrá que estar vigilantes para que alcanzar al 2030 una tasa cero de deforestación neta sea una realidad y se lleve a cabo con soluciones reales ya que cero deforestación neta no implica necesariamente que no haya ninguna deforestación, sino que cualquier pérdida de bosque debe compensarse completamente con restauración, reforestación o regeneración natural y se podría optar por falsas soluciones que no estén a la altura del reto climático que tenemos en frente.



