22 de mayo, Día Mundial de la Preeclamsia
Hoy se celebra el Día Mundial de la Preeclamsia, hipertensión arterial que suele aparecer después de la semana 20 de embarazo y puede implicar riesgos graves tanto para la madre como para el feto y representa una de las principales causas de muertes maternas.
A nivel mundial, la tasa de preeclampsia por embarazo se sitúa entre el 2% y el 8%, al registrarse cada año alrededor de 46 000 muertes maternas y 500 000 muertes fetales o neonatales debido a este trastorno.
En México, la incidencia de la preeclampsia es de 47.3 por cada mil nacimientos, de acuerdo al Instituto Nacional de Perinatología “Isidro Espinosa de los Reyes” (INPER) de la Secretaría de Salud.
Las enfermedades hipertensivas del embarazo representan las primeras 3 causas de muertes maternas.
Su detección y manejo tempranos son cruciales para prevenir la evolución hacia la eclampsia, que causa convulsiones. Ambas afecciones pueden ser mortales.
El sulfato de magnesio reduce en más de la mitad el riesgo de eclampsia. A pesar de estar disponible, su uso sigue siendo limitado en muchos entornos de bajos recursos.
La preeclampsia y la eclampsia incrementan significativamente la morbimortalidad materna y perinatal.
Diagnóstico
La preeclampsia se diagnostica cuando se produce hipertensión arterial (presión arterial ≥ 140/90 mm Hg) y proteinuria (≥ 0,3 g/24 horas) tras la semana 20 de gestación. En los casos graves, pueden aparecer síntomas como dolores de cabeza intensos, alteraciones visuales y dolor en la parte superior del abdomen.
Factores de riesgo
Varios factores pueden aumentar el riesgo de sufrir preeclampsia durante el embarazo, y conocerlos es esencial para llevar a cabo un monitoreo y un manejo proactivos. La presencia de un factor de riesgo no implica que se producirá preeclampsia, pero sí se recomienda una supervisión médica más atenta que no se limite a las pruebas habituales.
Varios factores pueden aumentar el riesgo de preeclampsia, como el primer embarazo, embarazo múltiple (gemelos, trillizos, etc.), obesidad, enfermedades preexistentes, como hipertensión, diabetes o enfermedad renal, antecedentes familiares de preeclampsia.
Síntomas
Los síntomas de la preeclampsia pueden variar mucho de una persona a otra. Mientras que algunas pueden presentar múltiples síntomas evidentes, otras pueden permanecer asintomáticas. Es importante conocer los signos y síntomas que indican la presencia de este trastorno y buscar atención médica si se tiene alguna preocupación durante el embarazo o después del parto.
Los síntomas habituales de la preeclampsia son: hipertensión arterial persistente, proteinuria, dolores de cabeza intensos, alteraciones visuales (por ejemplo, visión borrosa, visión de manchas), dolor en la parte superior del abdomen, náuseas y vómitos (después del primer trimestre) e hinchazón en manos y rostro.
Complicaciones
Si no se trata, la preeclampsia puede provocar complicaciones graves tanto para la madre como para el feto y ocasionar problemas de salud a corto y a largo plazo. Es fundamental intervenir desde el ámbito médico para minimizar estos riesgos.
Las complicaciones pueden ser graves, como la eclampsia (convulsiones), síndrome HELLP (hemólisis, elevación de las enzimas hepáticas y trombocitopenia), daño en órganos (riñones, hígado y cerebro), desprendimiento prematuro de la placenta, parto prematuro, restricción del crecimiento fetal, muerte materna y fetal.
Tratamiento y manejo
El tratamiento primario de la preeclampsia consiste en administrar sulfato de magnesio para prevenir las convulsiones.
El tratamiento y el manejo dependen de la gravedad de la afección y la edad gestacional. El objetivo es prevenir complicaciones y obtener los mejores resultados posibles para la madre y el bebé. Un aspecto fundamental del tratamiento es determinar el momento adecuado para interrumpir el embarazo y proceder al parto.
Prevención
Aunque no existe una forma garantizada de prevenir la preeclampsia, ciertas estrategias pueden ayudar a reducir el riesgo. La atención prenatal temprana y constante es esencial para monitorear y manejar los posibles factores de riesgo.
Las medidas preventivas se centran en la atención prenatal periódica a fin de controlar los primeros signos de preeclampsia, como la medición periódica de la presión arterial, análisis de orina para detectar la posible presencia de proteinuria y seguimiento de síntomas, como dolores de cabeza y alteraciones visuales recomendaciones sobre el estilo de vida: mantener un peso saludable, hacer ejercicio físico (cuando esté indicado) manejo de enfermedades preexistentes, especialmente la hipertensión arterial.
Otras medidas de prevención son:
- Administración de una dosis baja de ácido acetilsalicílico a las 20 semanas o cuando empiece la atención prenatal
- Suplementación con calcio en los casos de baja ingesta alimentaria
- Tratamiento con medicamentos antihipertensivos de la hipertensión arterial preexistente