Registran primera salamandra Tarahumara en el Santuario Cotorra Serrana Occidental, en Chihuahua
La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), a través del Santuario Cotorra Serrana Occidental, logró el primer registro de un ejemplar adulto de salamandra Tarahumara (Ambystoma rosaceum) en esta Área Natural Protegida (ANP) de reciente creación, ubicada en Madera, Chihuahua.
El registro se realizó después de que la Brigada de Contingencia Ambiental del Santuario Cotorra Serrana Occidental reportó que habían hallado un “ajolote” fuera del agua durante la construcción de una brecha cortafuego y lo habían reubicado en el arroyo.
Al buscarlo para hacer el registro lo localizaron en otro sitio y corroboraron que se trataba de una salamandra y no un ajolote. Tras tomarle registro y evidencia fotográfica, la dejaron en un arroyo.
Este anfibio es una especie endémica de México y está enlistada en la NOM-059-SEMARNAT-2010 como sujeta a Protección Especial (Pr), se distribuye en la Sierra Madre Occidental, desde el noreste de Sonora hasta el occidente de Zacatecas, incluidos Chihuahua, Durango, Jalisco, Nayarit, Sinaloa y Aguascalientes, a una altitud de 1,000 a 3,110 metros sobre el nivel del mar.
Estos organismos presentan un desarrollo indirecto, se caracterizan por una fase larvaria acuática, los ajolotes, que poseen la capacidad de reproducirse en ese estado, sin necesidad de llegar a ser adultos, mediante un proceso llamado neotenia.
En ciertos casos, derivado de múltiples factores, incluidos los ambientales, inician con una metamorfosis dando como resultado una salamandra, es decir un individuo adulto. Estas son capaces de obtener oxígeno del aire (desarrollan pulmones), pierden las branquias y las membranas entre los dedos de las patas.
Tienen una coloración café oscura con algunos pequeños puntos blancos o amarillos en el dorso y los costados. Son depredadores activos y se alimentan de moluscos, pequeños invertebrados, insectos, crustáceos, arácnidos y otros artrópodos.
Las salamandras son de hábitos terrestres, pero como anfibios, siempre tienen que estar cerca de cuerpos de agua; habitan bosques de pino-encino en elevaciones altas, generalmente se encuentran bajo troncos, enterradas en la hojarasca, en rocas con musgo y suelos húmedos.